Sitios turísticos

LAS GARGANTAS DEL TODRA

Si te gustan las formaciones caprichosas de la naturaleza, uno de tus lugares favoritos de Marruecos serán las Gargantas del Todra, junto a llamadas Gargantas del Dadès por el nombre del río que les ha dado forma. Se sitúan a más de 300 km al este de Marrakech.


El elemento que distingue a las Gargantas del Todra es su roca, la calcita, que ha dado lugar a formaciones espectaculares por la erosión del río Dadès, hoy convertido en poco más que un humilde hilo de agua. Lo más destacado son sus desfiladeros, en algunas ocasiones verdaderamente encajados en el paisaje, con apenas 33 metros de anchura por 100 metros de altura en la pared. ¡Un auténtico pasillo natural!


EL DESIERTO DE SAHARA

El desierto del Sahara es el desierto más grande del mundo… Al menos, de los desiertos que todos tenemos en mente: el paisaje bioclimático cálido donde las precipitaciones son prácticamente nulas todo el año, lo que obliga a sus seres vivos a adaptarse a unas condiciones de vida extremas. Pero si tenemos en cuenta también los desiertos fríos, el Sahara es el tercero por extensión, por detrás de la Antártida y el Ártico.


La extensión del desierto del Sahara es de unos 9,4 millones de kilómetros cuadrados. Suena a mucho, y lo es. Pero si no terminas de imaginarte lo que significa esa superficie, la ponemos en relación con China: ¡el gigante asiático es solo un poquito más grande que este desierto! En concreto, casi 9,6 millones de kilómetros cuadrados.

CIUDAD DE MARRAKETCH

Como bien sabrás si viajas a menudo, en una gran ciudad no falta una buena zona verde en la que pasear y desconectar, y que al mismo tiempo represente un atractivo turístico en sí mismo. Y Marrakech tiene dos, sobre todo: La Menara y el Jardín Majorelle. Ambos se encuentran fuera de las murallas, donde los espacios son más extensos. La Menara, con una longitud de 3 km en su lado más largo, es un parque en el sur de la ciudad que fue construido en el siglo XII y tiene un bonito pabellón de teja verde en su interior (Minzah). Está sembrado de árboles frutales, olivos y huertos, regados originariamente con un innovador sistema de canalización que traía el agua del deshielo del Atlas. El Jardín Majorelle, más pequeño (1 hectárea, aproximadamente) pero más exuberante, es un bello ejemplo de villa del periodo colonial francés, y fue la residencia y jardín botánico del artista Jacques Majorelle.


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